martes, 25 de abril de 2006

Cambio de Paradigma.

Decíamos que existía un cambio de paradigma en el mundo actual que nos trasladaba desde el mundo moderno o contemporáneo a un supuesto mundo "posmoderno" o "mundo nuevo". La idea de paradigma la introdujo Thomas Kuhn en su libro "Estructura de las revoluciones cientfícias".

Resumiendo, un paradigma sería la corriente de pensamiento que domina un determinado período y que se establece como un mapa de referencia para ese período. Conforme a Kuhn, la ciencia avanza a base de cambios de paradigma. Por ejemplo, la teoría de Newton supuso un cambio de paradigma en su día porque implicaba una metáfora inconmensurable con el conocimiento "normal" de su época: la idea de que la materia celeste y la terrestre eran idénticas y estaban sometidas a una misma ley: la gravedad. Newton fue rechazado en un inicio por toda la comunidad científica internacional, y ello fue debido a que llamó a su fuerza "atracción gravitatoria", y en aquella época, la palabra "atracción" tenía connotaciones obscenas. Por la misma razón la comunidad científica internacional rechazó la teoría de Gaia de J. Lovelock, que también implica un cambio de paradigma respecto al concepto de "vida" en relación fundamental con la homeostasis más que con la reproducción y consecuentemente al concepto de "sistema" (su fantástico "Daisyworld" o "Mundo de Margaritas", con el que explicó Gaia en los 80).

Hoy existen suficientes motivos para considerar que nos hallamos ante un cambio de paradigma. Cuando digo "hoy", no me refiero al 25 de abril de 2006, sino a un hoy extendido en el tiempo. El anterior paradigma, el de la modernidad, comenzó a surgir posiblemente en el siglo XVII, aunque las teorías de los filósofos racionalistas no comenzaron a modelar la sociedad y la política hasta las monarquías absolutas ilustradas de mediados del siglo XVIII, y no alcanzaron carácter "popular" hasta el triunfo de los movimientos revolucionarios del siglo XIX, mientras que el método científico racionalista siguió una evolución semejante que partió de la persecución y linchamiento de sus defensores a la ocupación por parte de sus miembros de los más altos cargos de opresión en nuestro actual mundo (piénsese que el racionalismo en su máximo exponente puede llevarnos al mundo felíz de Huxley o, peor, a los experimentos del doctor Mengele en Auschwitz, como veíamos en el anterior post).

El paradigma de la "modernidad" se caracteriza por las siguientes notas:

1. Existe un mundo objetivo, independiente del observador, y somos parte de él (materialismo).

2. Nuestro sistema nervioso representa adecuadamente ese mundo objetivo a través de los sentidos que captan lo externo y lo reproducen en imágenes (representacionismo).

3. El universo está compuesto de masas de materia separadas entre sí en el tiempo y en el espacio (reduccionismo).

4. El tiempo y el espacio existen como absolutos de los que somos cautivos; estamos localizados y envejecemos (carácter lineal del tiempo).

Es fácilmente constatable que éste es en general el mundo que todavía nos rodea hoy en día. Prácticamente todo miembro de una sociedad occidental (especialmente los ateos y agnósticos, pero también la mayoría de los religiosos) vive todos los días de su vida como si la realidad se basara en los anteriores cuatro puntos.

Sin embargo, desde hace ya varias décadas, estos cuatro puntos han sido puestos seriamente en cuestión. De esta forma, el nuevo paradigma los modificaría como sigue:

1. No existe un mundo objetivo independiente del observador ni podemos afirmar su existencia sobre la base de ningún criterio de distinción ajeno al acto mismo de conocer. Cualquier referencia a una experiencia sensorial nos remite a una petición de principio. Lo único que podemos afirmar es que el mundo físico, incluidos nosotros mismos, es una reacción del observador.

2. Nuestro sistema nervioso actúa con clausura operacional y enactúa eso que llamamos “realidad”. La percepción parece ser automática, pero en realidad es un fenómeno aprendido. El mundo en que vives, incluida la experiencia de tu propio cuerpo, está completamente inspirado en el modo en que aprendiste a percibirlo. Si cambias tus descripciones cambias la experiencia de tu cuerpo y de tu mundo.

3. El universo es una malla en la que todo está interconectado. Aunque cada nodo aparezca como separado e independiente, como "cosas" distintas, todos se encuentran ligados a patrones de inteligencia que gobiernan el cosmos entero, en los que vivimos, nos movemos y existimos.

4. El tiempo no existe como absoluto: solo la eternidad, el no-tiempo. El tiempo es eternidad cuantificada, atemporalidad cortada por nosotros en fragmentos y trozos. El tiempo lineal es un reflejo de nuestro modo de percibir el cambio. Si podemos percibir lo inmutable, deja de existir el tiempo tal como lo decimos; aprendemos a metabolizar lo inmutable. Cada uno de nosotros habita una realidad que está más allá de todo cambio. En lo más profundo de nosotros, sin que lo sepan nuestros sentidos, existe un núcleo de ser, un campo de inmutabilidad que nos crea: ese ser es nuestro ser esencial, lo que realmente somos. No somos víctimas del envejecimiento, la enfermedad y la muerte; son partes del escenario que nos hacemos con nuestros lenguajes, no de nosotros mismos.

Así, existen las siguientes teorías procedentes de diversos sectores de la realidad que vienen a sustentar el Nuevo Mundo. Por ejemplo, las siguientes:

- La teoría cuántica, que ha hecho caer el paradigma representacionista característico de la modernidad, según el cual solo es real aquello que percibimos con nuestros sentidos, pero no las percepciones "internas", como el amor, la intuición, el gusto artístico... (Capra, 1995)

- La teoría del orden implicado que dice que más allá del orden explícito que construimos con las descripciones de los fenómenos que surgen en nuestra percepción, existe un orden superior al que obedece el comportamientos de estos fenómenos, y que ambos órdenes se relacionan entre sí mediante el “potencial cuántico” (Bohm 1980)

- La teoría de la causación formativa que propone que en el orden implicado hay campos mórficos que mantienen y refuerzan las formas de fluctuaciones entre los sistemas. Del nivel implícito emergen continuamente “formas” que son copias de formas anteriores en un universo holonómico que se basa en la costumbre. La evolución humana sería parte de este proceso (Sheldrake 1990)

- La geometría fractal que muestra recursividad o autosimilitud a cualquier escala (Mandelbrot 1986)

- La teoría del caos, que rompe con nuestro concepto habitual de certeza (Prigogine 1997)

En el siguiente número comenzaremos por la biología trascendental de Rupert Sheldrake y su teoría de la causación formativa o de los campos morfogénicos.

De momento, si alguien quiere más información sobre el nuevo paradigma, léase por ejemplo el siguiente interesante documento interdisciplinar del psicólogo Gonzalo Gutiérrez, del que ha sido extraído buena parte de este post:

- Gonzalo Gutiérrez. En el umbral de un mundo nuevo. Lenguajes emergentes sobre el conocimiento. Tunquelén, febrero de 1999.

Que puede encontrarse en la siguiente dirección junto a otros interesantes textos, de los que seguro que recomendaré los de Teilhard de Chardin en cuanto me los lea:

http://www.udp.cl/humanasyeducacion/psicologia/documentos.htm

1 comentario:

Michelle dijo...

el link para el documento de gonzales está roto. puedes proporcionar otra direccion? por favor. muy amable, muchas gracias. Michelle